Parque Natural que sorprende por su biodiversidad endémica
Flora:
La vegetación del Montgó es fundamental para su declaración como Parque Natural, al albergar más de 650 especies de flora en un área relativamente pequeña, con una notable cantidad de endemismos. En las cumbres, predominan el coscojar y el romeral, mientras que el carrascal, dominado por la carrasca, se encuentra en zonas muy puntuales, menos afectadas por la actividad humana y que conservan suficiente suelo.
Los acantilados húmedos son hogar de especies endémicas, y en las zonas más cálidas, se desarrollan plantas adaptadas a condiciones extremas.
La cercanía al mar fomenta la presencia de comunidades vegetales como el hinojo marino y la zanahoria marina, junto a algas en los fondos submarinos. Destacan las praderas de Posidonia oceánica, esenciales para la salud del ecosistema marino, ya que proporcionan refugio y alimento a diversas especies, además de contribuir a la calidad del agua y a la protección de las playas.
Fauna:
La fauna del Parque Natural del Montgó está estrechamente relacionada con sus paisajes y flora. En los acantilados marinos del Cabo de San Antonio habitan especies como el cormorán moñudo, el cernícalo vulgar y el halcón peregrino, junto a gaviotas y córvidos. Entre los coscojales y pinares, se refugian aves como los carboneros comunes y mamíferos como el erizo y el jabalí. Los murciélagos, incluidos el murciélago patudo en peligro de extinción, son importantes para el ecosistema al controlar las poblaciones de insectos. También están presentes los Anfibios,con el sapo común y el sapo corredor, y los reptiles, como la lagartija colilarga y la víbora hocicuda.
La reserva marina también destaca por su biodiversidad, con especies que van desde anémonas y cangrejos hasta peces como morenas y pulpos, así como moluscos y crustáceos, formando un ecosistema rico y diverso a diferentes profundidades.

